sábado, 8 de junio de 2024

Pandora, los males del mundo y la puta esperanza.

Según la mitología griega Zeus le regaló a Pandora en el día de su boda un ánfora sellada o caja, con instrucciones de no abrirla. Con su malicia habitual Zeus contaba con la curiosidad natural de la mujer, para que se cumpla su propósito, liberar todos los males del mundo que estaban encerrados en la caja. Efectivamente Pandora la abrió. ¿Que duda cabe? Los males se adueñaron de la tierra.
Al fondo de la caja como última y aletargada desgracia estaba la esperanza. (De ahí el decir popular que la esperanza es lo último que se pierde).
La esperanza, es justamente esperar que álguien o algo llegue o suceda y resuelva las cosas. 
Se puede esperar toda una vida.
Y aunque la vida dura poco tiempo comparado con todo el tiempo  que vamos a estar muertos, una vida de mierda esperando a que las circunstancias cambien mágicamente puede ser insufrible. 
Nietzsche -el filósofo de la voluntad de poder- dice que "la esperanza solo prolonga el suplicio de los hombres".
Haríamos mejor en perder rápido, la maldita esperanza,  y acto seguido armarnos de impaciencia.
La esperanza en ningún caso es una estrategia. 
Compañeros.

EL TURISMO ESTA DESTRUYENDO AL MUNDO.


 Dicho así podría parecer exagerado, pero como cualquier rama del capitalismo globalizado, el turismo aporta al cambio definitivo y para peor de cada lugar del planeta que explota. 
En esta apacible playa italiana, familias de pescadores y pequeños agricultores han vivido según sus ritmos y tradiciones por cientos de años. 
Eso ya no va más. El capitalismo con la industria del turismo ya los alcanzo con su largo brazo y sus afiladas garras. Pronto donde había casas habrá hoteles de cinco estrellas, donde había barcas de pesca habrá lujosas playas con servicio a la reposera, yates y motos de agua, donde había sencillos pescadores habrá empleados precarizados disfrazados según los usos y costumbres de la cadena hotelera.
No quedará nada de lo que hubo, solo un producto repetido para los aburridos huéspedes que puedan pagar el servicio.
Lo mismo pasa en todas partes.