miércoles, 3 de julio de 2024

Dispositivos inteligentes para usuarios no tanto.

Hay que ver la alegría que tienen cuando suben a su auto inteligente y este les avisa con un sonido amable,  pero insistente, que no han cerrado bien la puerta, o que olvidaron ponerse el cinturón de seguridad. 

¡Yo no quiero que me avises nada maldita máquina! Quiero que un auto me lleve de un punto A a otro punto B de la superficie terrestre y nada más. No quiero interactuar con un puto coche .

Autos inteligentes, celulares inteligentes, televisores, casas, hasta nanopartículas inteligentes hay. Y usuarios cada vez más tontos. 

Y es que ¿Para que querrían artefactos cada vez más inteligentes si no es para ahorrarse el trabajo y ser quienes los usan, a la vez menos inteligentes? 

Cuando la esclavitud fue abolida, no fue porque la humanidad entera revozara de ansias de libertad e igualdad o porque  una inquietud moral generalizada inundara la conciencia del mundo. No.

La humanidad suele querer lo que le mandan que quiera.

Yo no creo que exista una naturaleza humana, el hombre naturalmente bueno o naturalmente malo o naturalmente deseoso de libertad, pienso que no existe nada de natural en el hombre,

Martin Heidegger dijo donde el hombre habita, ya no es la tierra. 

Pero si existiera una naturaleza humana, esa sería la obediencia. 

Homo obediente, a juzgar por la historia, lo define mejor que homo sapiens. 

Cuando la esclavitud termino fue porque como sistema de explotación era caro. Funcionaba; pero era caro, los dueños compraban esclavos y usufructuaban su trabajo pero tenían que mantenerlos, techo, cómida, ropa por poco que fuese, había que gastar un dinero ahí y a los señores propietarios eso siempre les desagrada mucho. 

Superaron la esclavitud Inventando al "asalariado", que trabaja siempre cobrando un salario menor a lo que debería y tiene que mantenerse solo, comprandoles a los señores todos los artículos que ellos mismos producen siempre a precios sobre valuados. 

Pero para los propietarios esto todavía no es suficiente.

En los Estados Unidos le otorgaron hace unos años a la corporación de Elon  Musk permiso para desarrollar un chip para implante cerebral en humanos. Aparentemente ya se estaría probando, y pronto lo van a presentar seguramente como un avance de la ciencia para nuestro beneficio, para curar la diarrea, las jaquecas, el mal de ojos, la impotencia o quién sabe qué mal.


No vaya a ser cosa que el Chip Neuralink sea un ordenador de rebaños, el número en la oreja, la patada en el culo de la era digital para que se levanten a horario acudan a sus trabajos sin perder tiempo, y sin reclamar nada y luego de diez o doce horas de trabajo, salgan y consuman, consuman, y así hasta que un buen día ya no sirvan para nada, los desconecten y se mueran. 

Uno es mal pensado, perdón me he criado en este mundo rodeado de depredadores.

Todo va a ser por nuestro bien, nos dirán.

Como cuando un chico con acné, que atiende el surtidor de combustible le dice al hombre que viene en su moto "no le vendo nafta porque usted no trae casco sobre su cabeza" o cuando la cajera del super mercado le dice a un viejito que tiene que esperar hasta que sean las diez AM porque lleva una botella de vino y no se puede vender alcohol antes de esa hora, o cuando en el restaurante no hay salero en la mesa para cuidarme mi puta presión arterial, o cuando en un negocio no me dan bolsa por la ecología, pero si la pago si me dan, o cuando para cargar la batería del auto eléctrico y cuidar el planeta lo enchufan a un generador que funciona con nafta.  ¡Madre mía!

Yo, no voy a presentarme de voluntario a ponerme el bendito chip, vayan sabiéndolo desde ahora. Aunque yo soy uno solo y los otros son todos,  aunque vengo de un país insignificante del orto del mundo que no decide nada de nada; para ponerme el chip me van a tener que venir a buscar. 

No tengo miedo, los voy a estar esperando. 

Para esto, me preparé toda la vida. 

Alejandro Ovejero Junio 2024


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