A lo largo de la historia el
hombre busco a Dios de diferentes maneras, una forma fue construyendo enormes y
majestuosas catedrales ya sean góticas, renacentistas, románicas, etc. Todas
ellas se alzan al cielo como manos buscando alcanzarlo.
En nuestros días los edificios más
imponentes en las capitales mundiales del poder son sin duda los bancos. En su
interior mora el dios de este tiempo el dinero.
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La elite mundial, ha sido
profundamente influenciada (como hipótesis de mínima) por ancestrales
costumbres de la religión judía ocultista, o (como hipótesis de máxima) las
trece o quince familias que tienen la mitad de la riqueza del mundo serian
descendientes directos de un linaje que se puede seguir hasta el origen del
hombre en la tierra, hasta el Noé de la biblia que en la tradiciónes anteriores
a la biblia, se conocía como Ziusudra también
Utnapishtim para babilonios o Atrahasis para acadios. De una u otra forma la elite ha continuado y continua
sus prácticas, ocultistas, esotéricas, luciferinas o llanamente satánicas y la adoración
de dioses “paganos” como Moloch-Baal. Recuerdo escenas de las películas “Eyes wide shut”(1999) de
Stanley Kubrick, mason el, muerto misteriosamente antes de estrenar esa película,
o The Ninth Gate (en España, La novena puerta 1999 dirigida por Roman Polański. El
sionismo es la expresión política de esa elite que basa su poder en el manejo
de las altas finanzas, la banca internacional
y le emisión del dinero.
El búho como símbolo ocultista esotérico
representa a Moloch, Moloch Baal, o Baal Dios de los
fenicios, cartagineses y cananitas. Era considerado el símbolo del fuego
purificante, que a su vez simboliza el espíritu. Se le identifica con Cronos y
Saturno. Al que se le ofrecían
sacrificios humanos de niños.
Rituales de purificación por fuego se siguen realizando
en la actualidad en California (ver Bohemian Grove) aunque no está probado que
se realicen sacrificios humanos si bien no se descarta. A estas ceremonias que
anualmente coinciden con el equinoccio de primavera asisten poderosos
dirigentes de la economía, las finanzas, la política mundial, altos ejecutivos de Hollywood, etc. Ellos
discuten allí asuntos del mundo y se habla sobre estrategias políticas o
económicas. Pero sobre todo, participan en ceremonias paganas de inspiración druídica y a menudo satánica, particularmente con una hoguera nocturna delante
de una inmensa estatua del búho, y que es de hecho una representación de
Moloch, una divinidad babilónica, y de Lilith, una divinidad sumeria (la primer
mujer de Adan antes de Eva en el mito bíblico). El búho es también el logotipo
del Bohemian Grove.
También
hay un pequeñísimo búho en el billete de un dólar, puesto ahí casi escondido parecería
que era imprescindible ponerlo aunque no hubiera más lugar, o a primera vista
no tuviera nada que ver. El búho de la publicidad de Banco Hipotecario está en
una especie de altar, lleva una capa roja y dorada, está rodeado de luces que
simulan velas, y algo así como una bola de cristal, también hay una pirámide que
emite unos rayos de luz que apuntan hacia arriba, todos los clientes llegan al búho
(cajero automático o altar) de noche, desde la oscuridad y la niebla. Un
cartelito anuncia “pide un deseo” como se hacia con los genios de la botella, esos personajes traviesos que hacian el tonto concediendo deseos que siempre terminaban arruinando a los
pobres diablos que los liberaban de su encierro, porque el deseo se cumplia, pero siempre venia acompañado
de un monton de efectos secundarios no deseados. Es que, por algo los Jins deberían
estar confinados en una lámpara o botella cerrada, los Jins son sin eufemismos
demonios, fuerzas interdimensionales que no podemos manejar los humanos y que
nunca trabajan para nosotros gratuitamente.
El
búho (Buho de Minerva en la mitología Griega) representa el conocimiento, y el
poder, quizá la conjunción de ambos, un conocimiento que ellos tienen y que nos
niegan a nosotros simples esclavos. El búho también simboliza la eterna
vigilancia, casi siempre sesgada. Ellos se lo toman muy en serio, y siempre nos
muestran una parte de la verdad, y nos refriegan sus símbolos en la cara, los
meten en nuestros hogares, en las cosas que compramos, se ríen de nuestra
ignorancia, y terminamos pagándoles por cosas que no necesitamos, endeudándonos
con ellos de por vida. Mientras sigamos en la ignorancia ellos seguirán siendo
dueños de cada vez más. Esta es una clave, porque el banco Hipotecario es un
sistema de préstamos basado en garantía REAL, es decir uno va y pide un
préstamo, ellos anotan en el sistema informático que ahora vos tenes en tu
cuenta digamos un millón de pesos, y toman como garantía de que les vas a
devolver el millón más los intereses, tu casa. Algo real. Otra cuestión un poco más
complicada de explicar es que en rigor de verdad el millón de pesos es solo un
asiento contable, que solo se transforma en pesos contantes y sonantes cuando
vos retiras billetes, pero en última instancia el banco creo artificialmente
ese dinero por un asiento contable, pero aquí está la trampa, en última
instancia, el monto de los intereses no fue creado, no existe, solo se podrá
pagar sacándolo de otro lado, ese dinero no existe y por eso en última
instancia las deudas globales de hoy son impagables.( En You tuve hay un video
muy cortito y sencillo donde leo Svaraglia explica esto en seis o siete minutos
https://www.youtube.com/watch?v=C2xkX5Ecp7A).
El
banco hipotecario es de capital estatal en mayoría cerca del 43%, y de un grupo
liderado por Eduardo Elsztain alfil del sionismo
internacional.
Este anuncio es una pieza de control mental, es
hipnótica, nivela hacia abajo la inteligencia de los observadores, los reduce a
la eterna infancia irresponsable, y en su significación más profunda y
ocultista, naturaliza que en pleno siglo XXI un hombre o mujer, tan libre
pensantes e individuales como creen ser, se presenten en un banco catedral moderna, en
el altar cajero automático y le cuenten sus deseos más profundos, sus anhelos y
ambiciones a un Moloch de ojos rojos bonachón
y compinche, que lejos de ser una divinidad moderada, cauta y reflexiva , les
dobla la apuesta y los incita a gastar y endeudarse, a degradarse y revolcarse
en el materialismo. A gratificarse, a darse el gusto aunque no puedan pagarlo,
que para sacrificios ya habrá tiempo.
