Las verdades son verdades, y
no se pueden callar por siempre.
Está bien eso de dar tu mejor
esfuerzo de luchar día a día por tus sueños, es muy romántico. Muy librecambista. Un sueño americano.
Pero tenemos que saber que igual
aunque pongamos todo lo que podemos, a veces no se cumplen los sueños. A veces
no alcanza con todo el trabajo y la buena voluntad. No siempre que uno hace las
cosas bien el resultado es bueno. O por lo menos no es el esperado. Existe lo
que se conoce como Principio de Incertidumbre que pareciera regir los
movimientos del universo. Por eso me causa mucha gracia cuando la gente habla
de seguridad, pide seguridad y no solo pide sino que exige seguridad como si en
alguna instancia de la vida se hubiera establecido la seguridad como parte de
un contrato.
La seguridad no existe, ninguna.
O mejor dicho
existe una: Moriremos. La única certeza en la vida, la cita última a la que
nadie te va a acompañar, lo que nadie puede hacer por otro (ni quiere).
Así está la cosa, dios no atiende a las plegarias. Pero el mal esta muy atento, el
capitalismo gobierna el mundo al hombre, los pensamientos y los sentimientos.
Pocas cosas escapan al totalitarismo de los mercados en el siglo XXI. El hombre,
el animal mas adaptable de la naturaleza, rápidamente se modificó a si mismo
para adaptarse al mundo capitalista. El mismo se convirtió en mercancía. Se
vende, se compra se alquila, se entrega a si mismo cada momento. Las mercancías
por lo general difieren poco entre si, el hombre se adapta a parecerse cada
vez más al montón. Aprende veloz los trucos que se esperan de él, las palabras y los gestos que se esperan de el segun la ocasion. Para
funcionar mejor. Para tener éxito.
Trampa del sistema. El éxito y el
fracaso. El capitalismo cierra por todos lados, es una víbora que se está
comiendo su propia cola, pero parece un círculo perfecto.
Cuando te dicen que vos lo vas a
lograr porque vos podes y porque vos crees en tu sueño, te tiran toda la responsabilidad encima, eso
es el capitalismo colándose en tu vida. Es bastante cruel también. Porque va a haber algunas veces en las que no vas a poder. Y entonces también la culpa sera tuya. Como lo enseñó
la religión, si pedís algo y se cumple es dios que te bendice, si no se cumple
es tu culpa por no pedir con la suficiente y verdadera fe.
Es la competencia permanente, la
supervivencia de los mas aptos (adaptados). ¿La ley de la selva? No, la ley del mercado.
Antes existía la conciencia de que el hambre y
la pobreza en el mundo eran males que debían ser erradicados. Ahora el capitalismo
está logrando imponer la creencia laica de que los pobres son pobres porque quieren,
que se elige ser pobre, que son responsables de su pobreza, y lo mejor que
podemos hacer es dejarlos morir de hambre tranquilamente, sin intervenir porque
hacer algo por ellos sería como violar su libertad y sus derechos.
La verdad oculta es que la
pobreza no es el problema. No hay que “hacer” nada con los pobres porque el problema es la avaricia, los
que acaparan mas de lo que van a necesitar, los que especulan, en fin los
dueños del sistema.
Alejandro Ovejero 2014 Enero 13.
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