Ayer con el
anuncio del programa PROGRESAR quedo bien claro que el rumbo del Gobierno de la Republica Argentina
sigue siendo el mismo para los dos años que tiene todavía por delante:
ampliación de derechos, inclusión social, re-distribución. En fin Justicia de la Grande.
Invertir en
educación pública siempre es Justicia. Además PROGRESAR también es política de
seguridad, y de salud publica. La seguridad mejor entendida, la de la
inclusión, quizá no tan espectacular y efectista como la otra seguridad que pregona
la derecha, la supuesta seguridad de tener un policía atrás de cada ciudadano
con vía libre para la mano dura o el gatillo fácil.
“Seguridad
en las calles conseguida no a fuerza de combatir a los desesperados sino
luchando por disminuir los motivos de la desesperación” –dice Savater.
Numerosos sicólogos,
sociólogos, intelectuales varios escribieron libros, artículos etc. mencionando
a este sector de jóvenes, nacidos en el neoliberalismo salvaje de Menem como el
grupo mas vulnerable, el mas olvidado, son los que recibieron menos
alimentación que la que necesitaban desde la infancia y hoy no alcanzan la
estatura que deberían, recibieron menos educación publica (recordar Carpa
Blanca), los que no vieron a sus padres
ir a la fabrica todos los días porque no había, los que conocieron la marginación
de una sociedad que les muestra y nos muestra todo el tiempo todos los productos
que pocos pueden tener, los que son victimas del negocio del alcohol, las
drogas y la delincuencia que hace ricos a los mercaderes a los abogados y los
jueces.
Se que no
faltaran los que sigan marginando, los que se nieguen a incluir y a igualar, los
que estigmatizan y discriminan, los que digan mas plata que me sacan a mi para
planes sociales, o vayan a laburar vagos, etc. Corta y escasa visión.
La
humanidad también es eso. Cuando el colectivo va lleno los que están abajo
quieren viajar igual como sea, y los que están arriba no quieren que suban mas
por miedo a perder la poca comodidad de la que se adueñaron.
La utopía
de la igualdad que menciono Cristina, empieza por reconocer que no hay
igualdad, que no todos nacemos con las mismas oportunidades, que hay
condicionantes y determinantes sociales que nos abarcan, que heredamos, como algunos
heredan la tierra desde que se la arrebataron a los indios, otros heredan la
pobreza y la falta de oportunidades. Desde ahí, reconociendo esta desigualdad
original, si podemos empezar a hablar de igualdad. Y me parece que este es un
paso adelante, otro paso en ese camino.
Por eso
digo que me siento orgulloso del Gobierno de mi país, y como dije antes otras
veces, lo disfruto. Porque la vergüenza ya la conocí antes del 2003 y desde que
tengo memoria.
alejandro ovejero 23
Enero 2014
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