jueves, 23 de enero de 2014

Progresar

Ayer con el anuncio del programa PROGRESAR quedo bien claro que el rumbo del Gobierno de la Republica Argentina sigue siendo el mismo para los dos años que tiene todavía por delante: ampliación de derechos, inclusión social, re-distribución.  En fin Justicia de la Grande.
Invertir en educación pública siempre es Justicia. Además PROGRESAR también es política de seguridad, y de salud publica. La seguridad mejor entendida, la de la inclusión, quizá no tan espectacular y efectista como la otra seguridad que pregona la derecha, la supuesta seguridad de tener un policía atrás de cada ciudadano con vía libre para la mano dura o el gatillo fácil.
“Seguridad en las calles conseguida no a fuerza de combatir a los desesperados sino luchando por disminuir los motivos de la desesperación” –dice Savater.
Numerosos sicólogos, sociólogos, intelectuales varios escribieron libros, artículos etc. mencionando a este sector de jóvenes, nacidos en el neoliberalismo salvaje de Menem como el grupo mas vulnerable, el mas olvidado, son los que recibieron menos alimentación que la que necesitaban desde la infancia y hoy no alcanzan la estatura que deberían, recibieron menos educación publica (recordar Carpa Blanca),  los que no vieron a sus padres ir a la fabrica todos los días porque no había, los que conocieron la marginación de una sociedad que les muestra y nos muestra todo el tiempo todos los productos que pocos pueden tener, los que son victimas del negocio del alcohol, las drogas y la delincuencia que hace ricos a los mercaderes a los abogados y los jueces.
Se que no faltaran los que sigan marginando, los que se nieguen a incluir y a igualar, los que estigmatizan y discriminan, los que digan mas plata que me sacan a mi para planes sociales, o vayan a laburar vagos, etc. Corta y escasa visión.
La humanidad también es eso. Cuando el colectivo va lleno los que están abajo quieren viajar igual como sea, y los que están arriba no quieren que suban mas por miedo a perder la poca comodidad de la que se adueñaron.
La utopía de la igualdad que menciono Cristina, empieza por reconocer que no hay igualdad, que no todos nacemos con las mismas oportunidades, que hay condicionantes y determinantes sociales que nos abarcan, que heredamos, como algunos heredan la tierra desde que se la arrebataron a los indios, otros heredan la pobreza y la falta de oportunidades. Desde ahí, reconociendo esta desigualdad original, si podemos empezar a hablar de igualdad. Y me parece que este es un paso adelante, otro paso en ese camino.

Por eso digo que me siento orgulloso del Gobierno de mi país, y como dije antes otras veces, lo disfruto. Porque la vergüenza ya la conocí antes del 2003 y desde que tengo memoria.  
alejandro ovejero 23 Enero 2014   

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