"No puedo hacer nada por vos, salvo trabajar en mi mismo. Vos no podes hacer nada por mi salvo trabajar en vos mismo."
Ya no hay tiempo para otra cosa.
Apenas para trabajar en uno mismo tratar de salvar el alma, curar nuestras heridas, saldar los rencores, perdonar y perdonarnos a nosotros mismos, vencer al miedo, ser concientes. En este momento de la historia que nos toca vivir la oscuridad se apoderó del mundo y ya no podemos perder el tiempo en tomar partido no hay buenos y malos, son todos malos de un lado y del otro en la política, en la religión en la ciencia en esta guerra que hoy nos venden. Todo es grieta pero en realidad elegir alguna de las partes es elegir oscuridad. Trabajar en uno mismo en medio del caos no es egoísmo, es el principio del amor a uno mismo. Si no me amo a mi mismo no podría amar a nada ni a nadie.
Y cuando llegue el momento estar preparados, como dice Efesios "Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de la justicia."
No hay más tiempo para ninguna otra cosa, ser felices en este mundo, progresar y prosperar, el sueño americano que Hollywood nos metió en la cabeza, se acabó.
Un nuevo orden mundial totalitario, está al llegar, no es el fin del mundo está escrito hace miles de años, es el fin de un orden, de un sistema, el que conocimos hasta ahora. Es urgente tomar conciencia de que hoy ya no estamos para disfrutar la vida a lo pendejo, para cometer errores y luego enmendarlos. En el mundo actual los errores se pagan muy caro. Todo lo que límite nuestra conciencia, nos haga dependientes o impida el ejercicio de nuestro libre albedrío favorece a la oscuridad. Para las personas que creen que esta vida es todo lo que hay y se termina acá, los deseos son todo lo que tienen un deseo tras otro siempre renovándose alejan de la vista la presencia inevitable de la muerte. Para nosotros no, los deseos nos anclan a un mundo material al que no pertenecemos.
Muchos creyeron que de la pandemia, por dar solo un ejemplo, íbamos a salir mejores, incluso personas muy bien intensiónadas, como el filósofo Slavoj Zizek que veía un mundo pospandemico mucho más justo, no sucedió, salimos peor.
Y siguen las pestes, el hambre la guerra, el caos.
La batalla final es entre la luz y la oscuridad y se está luchando en el corazón de los hombres y mujeres de este tiempo.
Alejandro Ovejero | Marzo 2022
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