No es que detestes los lunes, ni que te encanten los viernes. Odiamos el capitalismo, hay que decirlo.
¿Que es eso de amar el trabajo? Eso es una perversión del amor, una tara mental impuesta socialmente, si pudiéramos volver cincuenta años atrás y preguntarle a nuestros ancestros si amaban su trabajo se nos morirían de risa. El amor está para otras cosas. Si amamos nuestro trabajo, lo laboral se hace personal y asi toda nuestra existencia queda sometida a la logica del rendimiento y el beneficio.
El capitalismo, se apropia de todos los recursos, en última instancia de nuestras energías y de nuestra vida misma; considerandola una forma de capital.
Todos tenemos que inventarnos nuestro propio trabajo, autoexplotarnos a nuestro propio riesgo, y tenemos que amar esa forma de vivir, se traslada el modo empresa a todos los ámbitos de nuestra vida, el emprendedor-ismo, el sueño mágico de crear una multinacional desde una cochera, con el propio esfuerzo y el pensamiento positivo, es defendido aún por los más desamparados en la escala económica.
El sistema responsabiliza al individuo de todo lo que le pasa, arrojándolo a la angustia, el miedo y la depresión.
La única alternativa que se me ocurre es cambiar el paradigma de riqueza.
Dentro del capitalismo la riqueza se mide en términos de acumular y consumir.
En un paradigma alternativo ser rico es necesitar poco, poseer lo necesario, disfrutar del ocio, la lentitud y sobre todo de la libertad y el tiempo.
¿Cuál es el apremio, la prisa, el afán, el apuro, la urgencia?
Allá en el fondo, está la muerte.
Alejandro Ovejero |26 Sept. 2023