Al final del día todos sabemos que estamos siendo humillados. Para algunos, los más jóvenes está es su condición natural, no conocen otra cosa.
Emprendemos, trabajamos hacemos nuestro mejor esfuerzo; nos toca fingir nuestra dignidad, nos contamos la historia que queremos escuchar.
Pero cuando estamos solos, la cabeza en la almohada: sabemos.
Todos somos enprendedores de algo en el siglo XXI alimentamos al sistema capitalista que nos desprecia, lo engordamos con compras y ventas y trabajo, sin salario, sin aguinaldo, sin vacaciones, sin seguro de salud, sin horas extra, sin caja navideña siquiera.
Nuestro trabajo vale menos que lo que valía el trabajo de nuestros padres y mucho menos de lo que valía el trabajo de nuestros abuelos. Poco más que esclavos.
Y en mi país dos días antes de la Navidad el gobierno anunció que "Bajó la pobreza y los números dan muy bien".
¿Qué te quieren hacer creer?
Te están diciendo que la culpa es tuya si no saliste de pobre este año tampoco, "Jodete, trabajen vagos, el pobre es pobre porque quiere."
Entonces en lugar de enojarte con quién tenés que enojarte, en vez de protestar contra el sistema que te explota, te enojas contra otros pobres (los que si recibieron caja navideña por ejemplo). Te enojas con los más vulnerables que son los que no pueden defenderse, y porque los ricos están muy lejos, rara vez en tu vida conocerás a uno de los que deciden algo. Eso es justamente lo que el poder quiere: que haya pequeñas luchas de pobres contra otros pobres, blancos contra morochos, católicos contra musulmanes, heterosexuales contra homosexuales, pro aborto contra anti aborto, y nunca pero nunca miremos hacia arriba.
O peor aún , te enojas con vos mismo y crees que sos culpable, que no hiciste las cosas bien, que no sos lo inteligente que se necesita para triunfar, que hay algo mal en vos, empieza la ansiedad y la depresión, si tenés suerte y dinero para pagarle, podes conversarlo con un sicólogo. El sistema te dice que tenés que ser resiliente, esa palabrita de moda, la resiliencia en el ámbito de la sicología es útil para integrar y aceptar circunstancias que no podemos cambiar, en un duelo por ejemplo. En las relaciones sociales y económicas todo se puede cambiar porque es una construcción colectiva, no hace falta la resiliencia.
El individuo resiliente es ideal para mantener las cosas tal y como están. Es un lastre para el progreso.
No importa que tan injustas o violentas sean las condiciones el hombre resiliente se cambia a si mismo para adaptarse en lugar de plantear cambiar el entorno. Me suena conocido.
Esta guerra está perdida. Gastar energías valiosas en tratar de oponer nuestra fuerza a un enemigo poderosísimo es otra vez gastarnos la vida.
La única revolución posible en este siglo de oscuridad es hacia adentro.
No nos dejemos engañar más.
Tengamos identificado al enemigo. La clase depredadora que se hace cada vez más rica mientras los pueblos del mundo se hacen cada vez más pobres.
Plantemos cara que de aquí no van a pasar y los consideraremos hostiles.
Y tratemos de inventar una forma nueva, un mundo nuevo que no esté basado en la escasez sino en un paradigma alternativo de riqueza necesitar poco, poseer lo necesario, disfrutar del ocio, la lentitud y sobre todo de la libertad y el tiempo.
"El mundo es más fuerte que yo. A su poder no tengo otra cosa que oponer sino a mí mismo, lo cual, por otro lado, lo es todo. Pues mientras no me deje vencer soy yo mismo también un poder. Y mi poder es terrible mientras pueda oponer el poder de mis palabras a las del mundo." Stig Dagerman.
Alejandro Ovejero / Diciembre 2024
No hay comentarios:
Publicar un comentario