Generalmente los padres son los mejores padres que pueden o que saben ser; pero a veces no.
Algunas veces los padres son una mierda, hay que decirlo, son cosas que pasan y cuando eso pasa, para los hijos es una desgracia.
Con el país donde uno nace pasa más o menos lo mismo. Nadie lo elije, todos los asumen como algo natural, y casi todos lo padecen sin demasiados cuestionamientos, la mayoría de las personas viven y mueren donde han nacido.
Si te toca nacer en un hogar donde se odian, dónde se roban entre ellos, dónde permanentemente, se irrespetan, se explotan, se abusan y se agreden, todo va a hacerse más difícil en la vida.
Un país donde eso pasa no es una patria sino el pedazo de tierra que pisamos.
Pedazo de tierra que nos define, nos condiciona, nos gasta la vida y nunca pero nunca nos pertenecerá, esa tambien es una desgracia. ¿Porqué no nos pertenece nada de riqueza de la tierra, supuestamente nuestra? Pues porque les pertenece a otros.
¿A qué otros? Me dirá usted. Ciertamente no es a los dioses ni a la naturaleza, entonces será a otras personas. No a mi. Yo tengo que pagar por todo a precios internacionales. Entonces ¿Porque voy a llevar su banderita, o ir a sus guerras por defender lo que no me pertenece?
Si hubiera tenido hijos les hubiera dicho (como si les dije a mis sobrinos), lo que Alfredo le dice a Totó en su despedida: en Cinema Paradiso: "Sos joven andate, el mundo es tuyo, andate de esta tierra maldita y no vuelvas nunca, olvídate de nosotros, no llames no escribas, no te dejes ganar por la nostalgia y si algún día volves, no toques mi puerta porque no te voy a abrir."
Alejandro Ovejero | Diciembre 2024
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