Hablando de distopias, dicen: " Eso hoy no puede pasar."
¿En serio me estás diciendo?
Cualquier cosa puede pasar,, no hay nada fijo en el universo, nada. Todo está moviéndose y cambiando y no siempre para mejorar, cosa que es subjetiva, mejor ¿Para quien o para que? Y además habría que ver si hay un "para que".
Volviendo a la distopias , acá en este lugar secuetraban gente, el estado con su ejército y su policía en la oscuridad de la noche, y a veces con todos sus uniformes y sus galas se llevaban a gente indefensa, les robaban todo lo que podían y los torturaban, les quitaban a sus bebés y los tiraban vivos al río desde aviones. Ahora nos enteramos por la muerte de Lucas Gonzales que la policía de la ciudad de Buenos Aires, de civil en autos sin identificar hoy detiene a gente indefensa, los apuntan les quitan las llaves y solo después se dan a conocer como policías. Los llaman comando como en la guerra se conoce a los grupos especializados en infiltrar las líneas enemigas, en el combate cuerpo a cuerpo y poco claro, agazapados en la noche y el camuflaje. Todo esto en medio de la inseguridad diaria, es lógico que cualquiera de nosotros que vamos por la calle pensando en nuestros asuntos que lejos están del mundo marginal de la delincuencia y la policía, al vernos en una situación así entremos en pánico y cualquier cosa puede pasar. Lo que dijimos al principio.
Hoy que no podemos dar diez pasos en la calle sin estar bajo el escrutinio de cámaras de vigilancia, que nos dijeron que eran por nuestra seguridad, como siempre y claro que pagamos nosotros mismos. Como los sueldos de los ojos que por ahora operan esas cámaras para controlarnos viendo que movimiento es normal y cuál no. Pronto esa tarea se le delegara una inteligencia artificial implacable e inapelable, que no cometera errores. ¿Y acaso quedará uno solo de nosotros que no sea normal? Normal es dentro de norma, normalizado, dentro del molde. ¿Hoy mismo hay alguno que se anime a hacer algo fuera del molde?
Hacemos, sentimos pensamos y hasta soñamos dentro de los moldes que nos han impuesto y aún así seguimos siendo sospechosos todo el tiempo de vaya a saber que trasgresiones. Es la distopia perfecta.
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