Tenemos que elegir, de ahí -dice Kierkegaard-de ahí viene la angustia, porque elegir algo siempre nos deja infinidad de posibilidades afuera, elegimos una opción, y deselegimos todo lo demás.
Agobia el peso de hacer elecciones.
Quisiera poder elegir todo pero eso es trampa, elegir todo es no elegir. Quisiera vivir cien vidas y no cien años. O como los chicos olvidarme enseguida lo que me había tomado tan en serio y volver a empezar otro juego. No hay nada en nuestra biología que nos determine a repetirnos día tras día hasta caernos muertos. Podríamos saltar al vacío desde esta pequeña zona de confort y ni una sola célula de nuestro cuerpo se sentiría ofendida.
Pero...
No hay comentarios:
Publicar un comentario