En su nuevo libro Odio la resiliencia, Subtitulado 'Contra la mística del aguante' ,el filósofo italiano Diego Fusaro del que ya comente anteriores trabajos, plantea que la resiliencia se ha mudado de la sicología individual, donde es útil para integrar y superar perdidas que no podemos evitar, por ejemplo en un duelo; al campo de la economía y las relaciones sociales, donde nada es definitivo sino que puede y debería ser cambiado, pero el individuo resiliente es ideal para mantener las cosas tal y como están.
No importa que tan injustas o violentas sean las condiciones el hombre resiliente se cambia a si mismo para adaptarse en lugar de plantear cambiar el entorno.
Si el hombre primitivo hubiera sido tan resiliente como el actual, seguiríamos siendo recolectores, cazadores y viviendo en las cavernas.
Dice Fusaro:
"No se puede transformar la realidad si no se cree que es transformable, y no se puede actuar si se piensa que toda acción será ineficaz.
El orden neoliberal triunfa cuando, precisamente, logra desactivar la idea de que la transformación de lo real es posible.
La contradicción entre lo real y lo posible es aquello que hace que las cosas sean y no sean, convirtiendo a la realidad en un proceso, y a la verdad y al ser, en el devenir.
Lo real no se trata de una totalidad de relaciones fijas, por esa razón la realidad es realidad y también posibilidad, el deber ser también forma parte de la realidad.
No se trata de una utopía abstracta; la realidad no es algo que deba ser aceptado como definitivo, es algo que debe ser sometido a la crítica y a la negación mediante lo posible, eso que puede transformarla.
La realidad no es lo inevitable que debemos aceptar.
La realidad es condición para otra realidad."
Alejandro Ovejero Junio 2024
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